Las mujeres siempre deben pagar un costo más alto que los varones para expresarse. Por eso, aunque el antifeminismo precede a las redes sociales, con la llegada de internet emergieron nuevos repertorios de reacción contra las feministas. La violencia online se materializa mediante diversas formas de acoso, hostigamiento y abuso. El clima ideológico propiciado por la «derecha alternativa» –racista, xenófoba y machista– alimenta buena parte de esta deriva. No obstante, muchas feministas alzan la voz, no se dejan amedrentar y buscan formas de resistir y de consolidar los avances logrados.