Desde aproximadamente 2015, los llamados gobiernos progresistas han mostrado agotamiento. El paisaje latinoamericano actual se caracteriza por la preeminencia de gobiernos del espectro de las derechas, que universalizan programas antiderechos en cuerda similar a lo que está sucediendo en otras regiones del mundo. Actores fundamentalistas religiosos juegan un papel principal. El programa religioso fundamentalista ha producido un enemigo compacto: la ideología de género, parábola creada para avanzar en una ruta conservadora, enfrentar a la agenda feminista de democratización y bloquear avances institucionales y jurídicos previoscuando los hubo a favor de los derechos de las mujeres y comunidades LGTBIQ+.