El filósofo Paul B. Preciado (antes Beatriz Preciado) contribuyó al campo de los nuevos feminismos con una mezcla de reflexión teórica, experimentación sobre su propio cuerpo –que incluye la «intoxicación voluntaria»– y activismo. Su objetivo es deconstruir las identidades de género y replantear las metas del feminismo. En América Latina ha ejercido una influencia no despreciable, tanto entre quienes se reconocen seguidoras y seguidores como entre quienes lo acusan de reproducir las relaciones asimétricas entre el Norte y el Sur.